Poirot viaja a Londres con la tarea, aparentemente sencilla, de custodiar un cuadro hasta su exposición en un museo. Pero la obra es robada el mismo día de la inauguración y junto con inesperado aliado de nombre Hastings comenzará a poner a trabajar sus célebres células grises. El caso da un dramático giro cuando uno de los sospechosos es asesinado. Al parecer el asunto es mucho más grave de lo que nuestro avispado detective pensaba.