Con la Villa de Calcares sumida en la enfermedad y muerte, la determinación del Inquisidor Nicolas Eymerich en hallar el origen del mal se incrementa. El dominico no duda que todas las desgracias que acontecen son obra del Maligno y con la ayuda de otro monje llamado Jacinto Corona erradicará de raíz cualquier interferencia que se cruce en su camino.