Ward, colega de Patrick, es acusado que robar una donación a la universidad. Ante los hechos, cerrarán el Departamento de Investigaciones Metapsíquicas a no ser que se demuestre en un plazo de 72 horas que los fantasmas existen. Patrick emprende una carrera contrarreloj buscando la colaboración de personajes tan dispares como médiums venidas a menos, matones de los bajos fondos, escritores famosos o aristócratas.